La historia del rugby suele considerarse a partir de 1823, año en que, según la tradición, William Webb Ellis, un estudiante del colegio de la ciudad de Rugby, «con final desobediencia de las reglas del fútbol», tomó la pelota con las manos y la llevó hasta la meta contraria, marcando un gol durante un partido de fútbol.
Durante el siglo XIX se desarrolló entre los colegios privados de Inglaterra un proceso de definición de las reglas del fútbol, un juego poco definido -que los hispanohablantes denominaron fútbol de carnaval, que los estudiantes practicaban en cada pueblo británico según sus propias reglas. De ese proceso de reglamentación surgirían el rugby y el fútbol modernos, así como otros deportes emparentados.
Los estudiantes de los colegios ingleses comenzaron entonces a escribir las reglas, con el fin de unificarlas. El primer colegio en hacerlo fue el de Rugby, donde el fútbol se había practicado en una versión muy física, utilizando zancadillas y amontonamientos («hacking» y «maul») y permitiendo tomar, pasar y correr con la pelota en las manos. Las Reglas de Rugby fueron escritas el 28 de agosto de 1845 por tres estudiantes, William Delafield Arnold, W.W. Shirley, y Frederick Hutchins.[8] Estaba integrado por una serie de considerandos y 37 reglas que constituyen el primer antecedente reglado del rugby moderno. Allí figuran reglas que luego señalarían la identidad del juego, como los arcos en forma de hache, la conversión, el uso de las manos para llevar la pelota, la reglas del off-side, el «knock-on», el «scrummage», el «marck», el «hacking» (dar puntapiés, del verbo inglés «to hack», cortar a hachazos) debajo de las rodillas, etc.[8]