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Lacoma 7 Traditional Cache

This cache has been archived.

Belte: Se archiva por falta de tiempo.

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Hidden : 1/13/2016
Difficulty:
1.5 out of 5
Terrain:
1.5 out of 5

Size: Size:   micro (micro)

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Geocache Description:


 Lacoma – El barrio

 

Las primeras urbanizaciones tienen lugar en los años cincuenta, en lo que se llamó viviendas para obreros, en una finca propiedad de Margarita Lacoma, que constituyó el primer núcleo urbano de Peñagrande y que actualmente se conoce como Colonia Lacoma. No sabría decir quién era la tal señora Margarita Lacoma, pero de ella se hablaba mucho en los primeros años sesenta, que es la época en la que mis padres y su prole de cuatro hijos decidieron abandonar la Quinta de la Paloma para instalarse en este barrio del noroeste de Madrid, un barrio que debido a su nombre era motivo de cierto cachondeo: “¿Dónde vives? En Lacoma. ¡Ah! ¿Sí?… Pues yo en el punto, jajajaja…”.
 


La Colonia Lacoma era un conjunto de viviendas para obreros, como ya he dicho anteriormente, pero también, por su relativa proximidad a El Pardo, alojaba a muchos militares de la Guardia de Franco. “Escoltas”, como se les llamaba popularmente. En nuestro portal vivían algunos. Nosotros vivíamos en la calle Julio Calvo, arteria perpendicular de la avenida del Cardenal Herrera Oria y que es junto a la propiamente llamada Lacoma, las dos principales calles de la Colonia. En la actualidad la calle Julio Calvo es una vía que conecta con Ramón Gómez de la Serna y toda el área de ampliación hacia el oeste, lo que hoy forman un grupo de calles entre las que la más conocida es Ventisquero de la Condesa. Pero en 1961 el barrio tenía una fisonomía muy distinta.
 

Para empezar, Cardenal Herrera Oria era conocida como Carretera de la Playa, que empezaba en el pueblo de Fuencarral y terminaba en la carretera de El Pardo, junto a la piscina llamada así precisamente: “Playa de Madrid”. Cerca se encontraba el Parque Sindical, que era verdaderamente una playa muy popular y, sobre todo, muy concurrida. Recuerdo aquellos “18 de julio” donde cientos y cientos de madrileños acudían a esta piscina a pasar el día. Los chavales de mi edad bajábamos y subíamos caminando desde el barrio. Tardábamos media hora más o menos, y el recorrido lo hacíamos pasando invariablemente por delante de la residencia del Presidente argentino Perón, en Puerta de Hierro. Si no nos apetecía darnos el paseo teníamos la opción de trasladarnos en unos autobuses de la ETA (no se asusten, se llamaban así porque eran de la Empresa de Transportes Alacuber, que también hacían servicio a El Pardo), que morían en la calle Hilarión Eslava, en el barrio de Argüelles. Pero casi siempre íbamos a pie, por ahorrarnos el importe del autobús.
 
 

Esos autobuses y las camionetas P-27 que llevaban a Cuatro Caminos eran las dos vías de salida hacia “Madrid”, que era como se decía en aquellos tiempos: “Voy a Madrid”. Supongo que esto sucedería con todos los barrios situados en el extrarradio madrileño. También había una tercera alternativa, la de tomar la P-24 que acababa en la Plaza de Castilla. Cuatro Caminos, Argüelles y Plaza de Castilla, eran, por ese orden, los principales puntos de entrada a la ciudad. Las camionetas se averiaban con mucha frecuencia. Había que desalojarlas y esperar que viniese la siguiente.
 
 
Portada del ABC, Junio de 1960 y su correspondiente localización.

Lacoma en los años sesenta era todo campo. En días claros, desde mi casa se veía el Valle de los Caídos. Hoy es imposible, tal es la acumulación de bloques que existe. Junto al barrio se encontraba Peña Grande. En realidad nunca he tenido claro dónde empezaba uno y dónde terminaba el otro. Dependiendo del momento o a quién se lo decías (por aquello del cachondeo), te referías al barrio nombrándolo tanto de una manera como de otra. También existía otra parte llamada Peña Chica, núcleo de población de casas bajas, hoy desaparecido, que se situaba entre la actual Ciudad de los Poetas de Saconia y la parte sur del Barrio del Pilar. En los años sesenta existía, pues, Lacoma, Peña Grande, Peña Chica y algunos otros poblados como La Veguilla, muy cerca de Peña Grande, y Valdeyeros o La Cruz del Cura, en dirección a las tapias de El Pardo y Pitis, respectivamente. En Pitis existía una frondosa alameda donde muchos vecinos iban a merendar o a pasar el rato. Incluso pasaba un arroyuelo donde nos bañábamos. Era “nuestra particular Casa de Campo”.
 
Fin del trayecto del tranvía en Ricote, Peñagrande.

No existía más que campo, espacios libres. Junto a la Colonia Lacoma se empezó a construir un nuevo barrio para alojar a personas que en su gran mayoría provenían de Tetuán, ya que sus casas habían sido demolidas. Este nuevo barrio, formado por las calles Pico Balaitus y Pico Salvaguardia, principalmente, sí podría decirse que pertenece a Peña Grande. Con el tiempo fue ampliándose hasta conformar un nuevo espacio que lo integran calles cuyos nombres tienen el denominador común de islas: Cíes, Tavira, Arosa, etc. También Fermín Caballero, que se prolongó hasta más allá de la Ciudad de los Periodistas, otro nuevo barrio surgido en los setenta.
 

Caso curioso es el de Mirasierra, donde José Banús, a la sazón constructor también del Barrio del Pilar, levantó cientos de viviendas unifamiliares que hoy se conocen como chalés, pero que en aquella época llamábamos “hoteles”. En los “hoteles” de Mirasierra, además de gente pudiente, vivían muchos norteamericanos que trabajaban en la base de Torrejón. ¡Los copiosos aguinaldos que sacábamos en navidad pidiendo en esas casas!
 
Vista aérea de la Colonia Mirasierra.

En el barrio no había un triste cine. Aparte del Jarvi y el Alameda, que estaban en el pueblo de Fuencarral (donde además hacían la vista gorda y nos dejaban colar en las películas para “mayores de 18”), los más cercanos eran los que se encontraban en Bravo Murillo. Menos mal que desde la Plaza de Castilla hasta la Glorieta de Quevedo había unos cuantos.

Colegios había varios, muchos de ellos ocupaban pisos bajos: Nosotros íbamos al Loyola, que era el más próximo a nuestra casa, pero había otros que se llamaban San Isidoro, Estrada, López Ochoa o El Pino. Con el tiempo, en esa zona que ocuparon los que llegaron de Tetuán, se abrió uno que alcanzó cierta fama: Regina Pacis. Después empezaron a abrirse los colegios públicos como Apolo XI, Bravo Murillo y Herrera Oria, entre otros.
 
Acometida de la comunicación entre el Barrio del Pilar y Peñagrande, tras las inundaciones de 1972.

Parte de la Colonia Lacoma, la que discurría paralelamente a Cardenal Herrera Oria (a la altura más o menos de la calle Julio Calvo), fue demolida hace quince o veinte años. Ahí recuerdo que había un par de bares, un estanco y una tienda de electrodomésticos. También desaparecieron la Veguilla y la Cruz del Cura, donde vinieron a (mal)vivir numerosos emigrantes granadinos, muchos de los cuales terminaron siendo grandes amigos míos. Ojalá me equivoque pero hay muchas otras partes del barrio amenazadas de muerte. Y es que las bulldozer, ni tienen sentimientos ni entienden de nostalgias.
 
 
 

El cache es un contenedor tamaño micro que contiene libro de firmas y maquina de escribir.

Feliz Geocaching!!

Additional Hints (Decrypt)

Cnerq,n ghf cvrf.

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)