RUTA CAMINO VIEJO DE SAN BENITO
Distancia: 17,500 Km
Dificultad: Moderada - Alta
Tiempo de andadura: 4 horas
Desde el caché 1 al 10 la ruta es por carretera en desuso (para el 2 es recomendable no ir en coche).
Desde el caché 11 al 19 la ruta es por carretera provincial, conviene tener mucho cuidado con el (poco) tráfico.
Desde el caché 20 al 72 (a excepción de un pequeño salto en carretera entre los cachés 25 y 26) la ruta es por campo, con carril para vehículos no bajos.
IMPORTANTE: Desde el cache 27 y hasta el 41 es una finca privada aunque con servidumbre de paso. Hay que ser muy discretos y dejar todo como está. Gracias
Esta senda transcurre dentro de la vereda mesteña que desde Almonaster la Real desemboca en la vía que desde Ayamonte sube hasta las tierras altas de Castilla por la cañada de Medellín.
Todo el camino ha sido y es recorrido centenares de veces porque es el camino que los cerreños utilizan no solo para llegar a sus tierras del oeste del término municipal, sino hasta la ermita de San Benito, patrón tutelar de la villa de El Cerro, desde 1667.
Hay quienes ven en él una senda iniciática por su especial relieve y por su señalización con cruces, incluyendo dos pasos de riveras (aunque una posee un puente en la actualidad) con la carga simbólica que esta circunstancia representa.
El camino se inicia en el Llano de San Sebastián, al suroeste de la población, justo al final del “Callejón de las Galanas”, en honor a las Jamugueras de la romería de San Benito.
A unos ciento cincuenta metros, la primera cruz: la Cruz de San Benito, levantada ya en 1690 y restaurada recientemente. En ella el Prioste pide a San Benito por un buen camino y se reza un padrenuestro.
Poco más adelante, la primera parada, el Mesto, desde donde baja un trozo de camino que todavía permanece empedrado, escondido entre la maleza. Desde aquí, se divisa San Benito, en el horizonte.
En la romería de mayo, este era el lugar donde el sábado las jamugueras se quitaban los sombreros y protegían las joyas y donde hacían el proceso contrario el lunes. Recientemente se ha sustituido el lugar por la siguiente parada, al contar con una mayor extensión de terreno para alojar a los peregrinos, caballos…
Carretera adelante, se llega hasta “El Regente”, antigua huerta de los Ovejeros, de clara raíz mesteña. Desde la parada se pueden apreciar las ruinas de un antiguo molino de aceite.
A escasa distancia, se vadea la rivera Pelada por un moderno puente, aunque en otro tiempo se hacía más abajo, por la pasada del Pino de la rivera Chica.
Tras llegar al kilómetro seis de la carretera que lleva al puente de la “Madroñosa”, el camino gira a la izquierda para llegar a la Cruz del Olivo de la Cuerna, donde se rezará un padrenuestro antes de proseguir el camino. En esta cruz se realizaba tiempo atrás el intercambio de poderes entre el mayordomo antiguo y el mayordomo nuevo de la romería.
Esta cruz se abandona por una senda que lleva directamente a cruzar la carretera Calañas-Cabezas Rubias.
Al poco rato se llega a Las Medianas, importante explotación agropecuaria, situada en la mitad del camino. En la Vigilia (celebrada el fin de semana del tercer domingo de marzo) el mayordomo y su mayordomía, como tradición, suele tomar café invitados por los dueños del cortijo.
Por suaves cañadas, repletas de flores en primavera, se camina hacia la rivera Fresnera o “Grande”.
Esta rivera se vadea con cierta dificultad si las lluvias han sido copiosas en invierno.
A continuación, la parada de “Las Arcas”, donde se reza un padrenuestro y se reponen fuerzas antes de proseguir con el camino.
Un cómodo carril lleva hasta el inicio de la “Cuesta de Los Santos”, la cual tiene una empinada pendiente que rodea un cerro majestuoso y que cuesta subir, no por la dificultad del terreno sino por el tiempo que ya se lleva de andadura.
Desde lo alto de la cuesta ya se divisa el santuario, al oeste.
Tras cruzar varios pequeños arroyuelos que bajan desde las colinas de la aldea de Montes de San Benito se llega al pozo de San Benito, donde, desde hace poco tiempo, las peñas “Villalata” y “La Alegría” invitan a café al mayordomo, su mayordomía y a todos los romeros que vienen haciendo el camino el sábado de Vigilia.
Y por fin se llega a la ermita, a la que la tradición dice que hay que darle tres vueltas a contar desde la puerta del patio de Caballos.
