La serie de cachés “Carpe Diem” se desarrolla en distintos enclaves del barrio de Torrero de Zaragoza.
Ha sido creada con motivo de la cuarta edición del Festival Aragón Negro, como alternativa para unir la novela negra con el geocaching.
Todas las historias que aquí se cuentan son mera ficción y están manipuladas para el juego.
Los cachés de la serie pueden ser encontrados de forma independiente, excepto “CARPE DIEM – La inhumación”. Para encontrarlo y finalizar la aventura se deben encontrar todos los demás de la serie y tener en cuenta las pistas que se encuentran en ellos.
Los cachés de la serie son:
1.- Carpe Diem – La entrega
2.- Carpe Diem – Fuego en las pupilas
3.- Carpe Diem – Una mentira inocente
4.- Carpe Diem – Sangre en la cancha
5.- Carpe Diem – Coartada perfecta
6.- Carpe Diem – Tan solo quería jugar
7.- Carpe Diem – Una jueza obstinada
8.- Carpe Diem – El seguimiento
9.- Carpe Diem – Afrodita olvidada
10.- Carpe Diem – El final
11.- Carpe Diem – El ornitólogo
12.- Carpe Diem – La inhumación
13.- Carpe Diem – Equipaje sin retorno
14.- Carpe Diem – Una de tantas
15.- Carpe Diem – Un hombre sencillo
CARPE DIEM – FUEGO EN LAS PUPILAS
El fuego siempre me ha resultado hipnótico. Sus oscilantes colores, brillantes, anaranjados, rojos intensos o amarillos ámbar… su música crepitando y estallando en diferentes escalas… Su erótico baile, balanceándose delicada o bruscamente, decidiendo dónde dará su siguiente paso. De pequeño, pegaba cerillas con celo al badajo de la campanita del auricular de los teléfonos y luego los envolvía en algodón empapado de gasolina. Más tarde, cuando me aburría, llamaba a esos teléfonos. Cosas de niños.
Hoy soy inspector de bomberos. No, claro… mis supervisores no conocen mi historia. Respecto a los psicotécnicos y a los que te los hacen, tampoco es muy complicado engañarlos, basta con contarles lo que quieren oir.
Y aquí estoy, determinando si éste fue o no un fuego provocado, inmerso en mi rutina diaria, aunque reconozco que de vez en cuando, me doy un capricho y le doy rienda suelta a mi imaginación.
En fin, seguiré tomando notas: Manchas de humo en la antesala, con línea de demarcación muy baja. El fuego no alcanzó temperatura suficiente para consumir el hollín. Señales de llamas que se alargan hacia la pared norte. Falta de decoloración en los vidrios rotos…