La serie de cachés “Carpe Diem” se desarrolla en distintos enclaves del barrio de Torrero de Zaragoza.
Ha sido creada con motivo de la cuarta edición del Festival Aragón Negro, como alternativa para unir la novela negra con el geocaching.
Todas las historias que aquí se cuentan son mera ficción y están manipuladas para el juego.
Los cachés de la serie pueden ser encontrados de forma independiente, excepto “CARPE DIEM – La inhumación”. Para encontrarlo y finalizar la aventura se deben encontrar todos los demás de la serie y tener en cuenta las pistas que se encuentran en ellos.
Los cachés de la serie son:
1.- Carpe Diem – La entrega
2.- Carpe Diem – Fuego en las pupilas
3.- Carpe Diem – Una mentira inocente
4.- Carpe Diem – Sangre en la cancha
5.- Carpe Diem – Coartada perfecta
6.- Carpe Diem – Tan solo quería jugar
7.- Carpe Diem – Una jueza obstinada
8.- Carpe Diem – El seguimiento
9.- Carpe Diem – Afrodita olvidada
10.- Carpe Diem – El final
11.- Carpe Diem – El ornitólogo
12.- Carpe Diem – La inhumación
13.- Carpe Diem – Equipaje sin retorno
14.- Carpe Diem – Una de tantas
15.- Carpe Diem – Un hombre sencillo
CARPE DIEM – EL FINAL
¿Que cómo termina todo? Pues bien, desconozco cómo será vuestro final, pero el mío fue simple: Diez segundos de oscuridad silenciosa. Nada de escenas de tu vida recorriendo tu mente, nada de canciones cursis resonando en tus oídos. Tan solo silencio y oscuridad.
Irónicamente, el momento más importante de tu vida, es tu muerte en sí misma: Ningún acontecimiento marca tanto tu futuro como ese instante. Manda huevos.
Siempre tuve una vida tortuosa, no es para sentirme orgulloso. No le echaré las culpas a mis padres, ni al colegio al que apenas fui, ni al vecindario que me vio crecer rodeado de yonquis, prostitutas y maderos. Lo contrario me parecería pusilánime, de lloricas que visitan al psicólogo más que el club de la esquina. Y yo no era de esos, creedme.
Siempre al acecho, mirando de reojo, con la mano dentro del bolsillo, sentándome de espaldas a la pared… y para un momento que me descuido, ese crío va y me descerraja tres tiros desde la moto.
Supongo que lo tenía merecido