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Puerta del Colodro, Plaza de La Lagunilla Traditional Cache

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orestes1957: Archivo para liberar el espacio ya que no puedo seguir con el mantenimiento

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Hidden : 3/31/2017
Difficulty:
2.5 out of 5
Terrain:
1 out of 5

Size: Size:   micro (micro)

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Geocache Description:

Este caché nos quiere llevar a un rincón con encanto de nuestra Córdoba, Plaza del Colodro, La Lagunilla.

 


 

LA PUERTA DE LA CONQUISTA CRISTIANA EN CÓRDOBA

EL COLODRO                                                                        

Allá por diciembre de 1235, se encontraban parte de las huestes del rey Fernando III “El Santo” en Andújar (Jaén). Mientras esperaban refuerzos, un grupo de caballeros salió a explorar los alrededores. Por uno de los caminos divisaron a un grupo de musulmanes a quienes fueron a apresar, pero cuál fue su sorpresa al ver que los andalusies, les andaban buscando pues querían hablar con los cristianos partidarios del Rey Fernando III. Éstos, expresaron el malestar que reinaba en la ciudad de Córdoba por el abuso de sus beligerantes líderes, y el deseo que tanto ellos, como judíos y cristianos, tenían de acabar con esa penosa situación para poder vivir tranquilamente, siendo respetados en sus hogares y con sus creencias.  De este grupo obtuvieron una valiosa información: la mayoría de las huestes de la ciudad estaban fuera dirigidas por Aben Hud y  las murallas de la parte norte de la Axerquía, de la que otrora había sido capital del Califato, se encontraban en mal estado y muy mal protegidas.

Así, y tras unos preparativos, pusieron rumbo a Córdoba y durante una noche fría y húmeda del mes de enero de 1236, decidieron disponer sus escalas sobre los deteriorados muros de esa parte de la ciudad. De esta forma, Álvaro Colodro y Benito de Baños, usando las destrezas propias de su  profesión como almogávares (tropas dedicadas al espionaje y guerrilla), se ataviaron con ropajes de estética musulmana y se dirigieron hacia los soldados que estaban adormecidos hablando un correcto árabe, explicando que eran jefes de inspección para proceder después a cercenar gargantas sin ningún tipo de dilación.

Durante toda esa noche, este grupo de intrépidos cristianos, continuaron luchando hasta llegar a la puerta de Martos (se ubicaba en la Ribera, frente al Molino del mismo nombre) pudiendo abrirla al resto de la caballería gracias a la ayuda de Pedro Ruiz Tafur. Para entonces, los musulmanes habían huido a otra parte de la ciudad, denominada medina, y comenzaron a organizar la defensa.

Los cristianos, jugaban en desventaja al ser menos en número por lo que enviaron emisarios para solicitar la ayuda  de su majestad el rey Fernando III quién quedó atónito al conocer la gran hazaña que había realizado el grupo. Desde Benavente, lugar en el que se encontraba en el momento de recibir la noticia, emprendió viaje hacia la anhelada Córdoba.

Tras un asedio que duró meses y haciendo creer a los árabes que las tropas cristianas eran muy numerosas en comparación a las suyas, les fue imposible conseguir la ayuda solicitada a las ciudades limítrofes por lo que rindieron la ciudad y el rey y sus tropas hicieron su entrada triunfal en la ciudad de Córdoba el 29 de junio de 1236.

Ordenó que la cruz y el símbolo de la corona ondearan en la torre de la mezquita aljama de la ciudad para disfrute de los cristianos y desgracia de los musulmanes quienes abandonaron la ciudad pues Córdoba, había caído en manos castellanas.

 

En 2009 y durante una reforma llevada a cabo en la plaza del Colodro, aparecieron los restos de la puerta del mismo nombre. Fue derribada en 1882 pero los trabajos en el lugar, han conseguido integrar los restos de la puerta y de la muralla adyacente para así poder ser contemplados y recordar que ese fue el lugar elegido por un grupo de intrépidos caballeros para llevar a cabo la conquista de nuestra ciudad, entre los que se encontraban el almogávar Álvaro Colodro, de ahí el nombre del lugar que es parte del actual barrio de Santa Marina.

Fuente Wikipedia

Plaza de la Lagunilla según  D. Teodomiro Ramirez de Arellano del libro Paseos por Córdoba.

En la misma acera de la calle Mayor hay una plazuela que dicen La Lagunilla, porque casi siempre ha tenido agua, derramada de los pozos que en los años abundantes la tienen hasta las bocas, así como en otros escasos de lluvias se quedan completamente secos. De unos en otros corre una mina o atarjea que los surte, y se dice desde muy antiguo que es una obra que se hizo en tiempo de los árabes, recogiendo el caudal de un arroyo a que llaman Gualcolodro, que baja de la sierra, y cuando trae mucha agua no cabe por la mina, haciendo bozar los pozos, y algunas veces filtrándose hacia la huerta Nueva, mas allá del Pretorio, formando grandes lagunas, que hemos conocido, y que han desaguado por medio de zanjas abiertas hasta el arroyo del Matadero.

Entre la Lagunilla y la calleja del Chaparro hay una casa que sirve de comunicación y llaman del Paso, y por cierto que es bien rara, pues se pasan dos o tres patios, y se suben o bajan unas escaleras. Esta clase de casas, de las que había muchas y sólo han quedado dos, procedían de cesiones de terrenos que hacía el Ayuntamiento con aquella condición, y que poco a poco los propietarios han ido suprimiendo, resultando ese gran número de barreras o callejas sin salida como hay en Córdoba.

 

Frente a la Lagunilla, al inicio de la calle Mayor de Santa Marina, se encuentra la blanca ermita dedicada a los mártires San Acisclo y Santa Victoria, erigida en el lugar donde, según la tradición, los patronos de Córdoba vivieron con su nodriza Minciana. La pequeña iglesia fue reconstruida a principios del siglo XVIII, y desde 1959 está a cargo de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada, que velan permanentemente envueltas en la blancura de sus hábitos. Algo desproporcionados con relación al retablito resultan los lienzos de San Acisclo y Santa Victoria, que escoltan la custodia, pero no hay que olvidar que fueron pintados por Cristóbal Vela con destino al retablo mayor de la Catedral, de donde se desmontaron en 1713 para ser reemplazados por las pinturas de Palomino, reaprovechándose aquí. Penetrar en la recoleta ermita –cuya portada de piedra apunta rasgos neoclásicos– es casi como tocar el cielo, tal es la espiritualidad que irradia.

Fuente Rincones con encanto

 

 

 

Additional Hints (Decrypt)

Ry pnpué cbqeín fre zátargvpb, creb ab yb rf. Fcbyvre

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)