El municipio de Arbo con algo más de 43 km cuadros de extensión se encuentra enclavado en el corazón de una de las más bellas comarcas de la provincia de Pontevedra: A Paradanta. Delimitado por los Ayuntamientos de A Cañiza, al norte; As Neves al Oeste, Crecente al Este se abre el Rio Miño en su limite Sur, constituyendo el puente Natural entre Galicia y el Norte de Portugal. Los 3700 habitantes con que cuenta el municipio, se encuentran distribuidos en seis agrupaciones parroquiales: Arbo, Barcela, Sela, Cabeiras, Mourentan y Cequeliños. os tres Rios que bañan el termino municipal son el Rio Deva, el Rio Cea y el Rio Miño, le confieren un microclima especial que, no sólo permite la práctica de cualquier actividad natural en cualquier época del año, sino que le hace ser uno de los lugares más idóneos para el cultivo de la vid , y consecuentemente, lugar de origen de uno de los vinos más selectos que se puedan degustar en las mesas más exigentes. Pero Arbo también es un lugar de contraste. La paz y la tranquilidad que envuelve a Arbo, no son capaces de ocultar que, en realidad, se trata de un municipio dinámico con unas vías de comunicación rápidas, modernas y perfectamente adaptadas, no sólo a los vecinos de la zona, sino a las empresas que, de forma paulatina, se van instalando en el Parque Empresarial de Barcela. Dos estaciones de Ferrocarril en Arbo y Sela, una carretera nueva y totalmente remodelada-La PO-400- que enlaza Orense y Tui, en el vial que lo une con A Cañiza, y la proximidad con la Autovía Rias Baixas, hacen que el municipio de Arbo este perfectamente enlazado con las grandes ciudades del Sur de Pontevedra y el Norte de Portugal. Por su parte la Barca que durante años unió Arbo con la localidad portuguesa de Melgaço, ha pasado ya ha formar parte de la historia, siendo sustituida por un moderno Puente Internacional que facilita el transito, tanto de personas como de mercancías, entre ambas localidades. El Puente que fue inaugurado en el año 1998, por el aquel entonces Presidente de la Xunta, Manuel Fraga Iribarne, ha convertido a Arbo en un punto estratégico de comunicación entre España y Portugal