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La Muerte de Roldán Traditional Cache

Hidden : 12/25/2018
Difficulty:
1.5 out of 5
Terrain:
3 out of 5

Size: Size:   small (small)

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Geocache Description:


En el año 750 Abd al-Rahman I, príncipe de la dinastía de los Omeyas, consiguió escapar de una matanza de su familia en Abú Futrus, en Palestina, por parte de otra gran familia, pero rivales de éstos, los Abasidas. Llegó a Ceuta procedente del norte de África, proclamándose en el 756 emir independiente de Al-Ándalus, si bien tuvo que enfrentarse a algunos gobernadores de las provincias fronterizas por oponerse a su gobierno. En el 774, un ejército dirigido por el general Thalaba intentó acabar con los gobernadores rebeldes, pero fue vencido, siendo este general hecho preso cerca de Zaragoza. Un tiempo después, en el 777, Al-Arabí, gobernador de Gerona y Barcelona, y otros tantos dirigentes opuestos a Abd al-Rahman I visitaron al rey Carlomagno en la ciudad alemana de Paderborn (en el actual estado de Westfalia) con el objetivo de sellar una alianza y pedirle ayuda para poder enfrentarse al emir de Córdoba. Para expresar sus mejores propósitos y demostrar que dicha alianza era sincera, le entregaron al rey franco al rehén Thalaba, además de prometerle la entrega de las ciudades de Zaragoza y Barcelona. No hay duda que este acto convenció a Carlomagno, pues en la pascua del 778 partió del centro de Francia con un gran ejército, presentándose a finales de mayo, tras atravesar los Pirineos, ante Zaragoza, la cual estaba predicha su rendición. El caso es que, una vez allí Carlomagno, Hussayn Al-Ansarí, gobernador de la ciudad, arrepentido de lo pactado, no se la entregó, pues previamente se había pasado al bando de Abd Al-Rahman I, cerrando las puertas de las murallas e impidiendo que las tropas francas pudieran acceder. Carlomagno pensó entonces que Al-Arabí le había engañado o traicionado, mandando su arresto de inmediato. Recelando de un posible asedio a la ciudad porque podría suponer una larga campaña en territorio hostil, decidió abandonar Zaragoza y regresar a Francia, aunque en su camino de regreso, y antes de llegar a Pamplona, los hijos de Al-Arabí consiguieron librar a su padre en una breve contienda. Ello enfadó profundamente a Carlomagno, que al llegar a Pamplona ordenó destruir las murallas de la ciudad, ante el temor de otros posibles ataques. El ejército francés atravesó el Pirineo navarro por el camino que va desde Roncesvalles al puerto de Ibañeta el 15 de agosto del 778. Sería entonces cuando la retaguardia del ejército fue atacada por los vascones desde lo alto de las montañas… En el año 830 el cronista y biógrafo de Carlomagno, Eginhardo, escribió La Vita Karoli Magni o Vida de Carlomagno, donde narra cómo en la emboscada de los vascones murieron los mejores caballeros del rey franco, y que entre uno de éstos había un tal Hruodlandus o Rodlando, prefecto de la marca de Bretaña. Los vencedores del ataque aprovecharon la oscuridad de la noche para dispersarse y escapar, pero no hay duda de que fueron los vascos (no obstante, se desconoce si fueron los vascos que habitaban al norte del Pirineo, los llamados vascones, o si, por el contrario, fueron los vascos del sur, los llamados hispani vascones) Otra leyenda cuenta.... El hijo de la princesa Berta, hermana de Carlomagno, cayó rodando al suelo al nacer. Por eso, le llamaron Roldán. Con el tiempo se convirtió en un valiente y famoso caballero de fuerza incontestable. Junto a su tío, participó en innumerables conquistas. Durante la histórica batalla de Roncesvalles, Roldán cayó gravemente herido. Carlomagno le dio por muerto e inició la retirada junto a su ejército. Sin embargo, sepultado bajo el cuerpo de su caballo, Roldán logró esconderse y pasar desapercibido. Cuando encontró la oportunidad, se zafó de su montura gracias a su enorme espada Durandarte y huyó hacia las montañas. Su objetivo era volver a Francia. A salvo. Pero las tropas enemigas lo vieron y marcharon tras él, con intención de apresarlo y darle muerte. Tras dos días de huídas y penurias, Roldán llegó a Ordesa. Sin fuerzas. El enemigo le seguía de cerca, pero el objetivo estaba cada vez más cerca. Pocos metros le separaban de su tierra. Finalmente, Roldán se topó con una cresta de grandes rocas. Agotado, se vio incapaz de superarlas. Sentía en su nuca el aliento de los perros y los soldados que pronto le darían caza. En este momento comprendió que estaba perdido, que no tenía ninguna oportunidad. Antes de morir y haciendo un último esfuerzo, lanzó su espada Durandarte para que cayera en territorio francés y así despedirse de su patria. Sin embargo, la espada golpeó en las rocas y cayó de nuevo hasta sus manos. Hasta tres veces lo intentó. Sintiéndose perdido, decidió probar una última vez y, con sus últimas fuerzas, lanzó a Durandarte de nuevo. Fue tal el vigor con el que la espada impactó en la roca que se abrió una enorme brecha. Roldán pudo así morir observando su tierra. Cuando las tropas dieron con él, estaba muerto. Desde ese día y hasta hoy, el lugar fue conocido como la Brecha de Roldán.

Additional Hints (Decrypt)

N ynf rfcnyqnf qry phrecb qr Ebyqáa

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)