Federica Montseny, la primera mujer ministra de Europa
Mujer, anarquista, libertaria y revolucionaria, Federica Montseny durante la Guerra Civil llegó a ser ministra, un cargo hasta entonces limitado a los hombres. Primera mujer en ocupar el puesto en la historia de Europa, sus proyectos resultaron tan revolucionarios como su personalidad.
El 7 de noviembre de 1936, una mujer toma posesión de la cartera del Ministerio de Sanidad y Asistencia Pública unos meses después de comenzar la Guerra Civil, en noviembre de 1936 y se mantiene al frente seis meses, hasta mayo de 1937. En el gobierno de Largo Caballero. Ella es la militante anarquista Federica Montseny. En plena Guerra Civil, una mujer es designada ministra, la pionera en acceder a las tareas de gobierno en la historia de España. El Ejecutivo republicano ha creado este ministerio respondiendo a una promesa largamente anunciada y ella es su principal candidata. Federica, consciente de la importancia que su nombramiento comporta, deja de lado los problemas de conciencia que dicha decisión le acarrea, ya que resulta una paradoja que una ácrata de cuna ejerza un cargo político. Considera que la situación lo justifica completamente. Ilusionada, acomete su labor de ministra con la pasión y el arrojo que la caracterizan:
'Y para la gran masa de mujeres trabajadoras, ¿cuánta independencia se gana si la estrechez y falta de libertad del hogar es reemplazada por la estrechez y falta de libertad de la fábrica, las tiendas o la oficina?... ¡Gloriosa independencia!'
Al frente de la cartera hasta mayo del año siguiente, su labor marcará también un hito, con revolucionarios proyectos sociales. En sólo seis meses, su contribución a la mejora de la salud pública y a la consecución de los derechos de las mujeres en España marca un hito histórico. Impulsa un cambio en los conceptos de sanidad pública y bienestar social. Convencida de la necesidad de reestructurar los servicios médicos, cree en su descentralización y su vinculación con el entorno social. Entre sus logros podemos destacar la creación de hogares infantiles, la promoción de comités técnicos de investigación psiquiátrica contra el cáncer o la creación de casas de reposo para los combatientes. O proyectos adelantados a su tiempo, como la promulgación de una ley de interrupción del embarazo, una campaña de lucha antivenérea, o la creación de los ‘liberatorios sexuales’ de la prostitución, centros donde las prostitutas podían alojarse y aprender un oficio, manteniendo paralelamente abiertos los prostíbulos, consecuente con sus ideas.
En la valla del Centro de Salud que lleva su nombre pongo mi primer geocaching.