Historia
Es costumbre regar su tronco con vino el 7 de septiembre con motivo de la festividad de la Virgen de los Remedios. Tras la bendición del cura, el mayordomo o el presidente de la comisión de fiestas abren las pipas de vino en la bodega de la casa de la Santa y le echan la primera jarra al árbol. Después de beber, los fiesteros dan vueltas alrededor y le tiran más vino, abrazándose los unos a los otros.
La Fiesta del Vino de O Pelete se celebra desde el año 1650. Resulta curioso que, siendo O Pelete un lugar donde no se produce vino, se homenajee desde hace cuatrocientos años este preciado líquido. En el siglo XVII los arrieros recorrían la geografía gallega con recuas y carros. Uno de los productos más valorados era el vino procedente de O Ribeiro, en Ourense, única provincia gallega sin salida al mar. Cuenta la leyenda que, pasando por O Pelete, el hijo de un arriero fue coceado por una mula, con tan mala fortuna que quedó muy malherido.
El padre acudió a pedirle amparo a la Virgen de los Remedios, que es la patrona de la parroquia, y el joven se curó de las heridas. El padre cumplió la promesa de llevarle cada año a la Virgen una pipa del mejor vino, ofreciéndoles el primer trago en eterno agradecimiento a las raíces del roble, cuyas ramas cobijaron al hijo herido.
Aunque no se libre de recortes, tratamientos y defoliaciones, su aspecto es bueno para la edad que tiene, porque según dicen las vecinas y vecinos, "le sienta bien el vino".