Sumida entre la maleza, invisible a la vista de todos, la Casa Bailly es uno de esos lugares que nos recuerdan los efectos del olvido y el abandono.
El complejo fue creado en los años 20 por los arquitectos Antonio Tenreiro y Peregrín Estellés, por encargo de Julio López Bailly. Fue concebido como un hotel, pero finalmente utilizado como lugar de veraneo. La familia Bailly era descendiente de un soldado de las tropas de Napoleón, gozaba de una buena posición social en A Coruña y era propietaria de varias fábricas en Argentina.
Se dice que la casa fue incautada a la familia en 1936 a raíz de su ideología de izquierdas, pero gracias a la información proporcionada por la bisnieta de Julio López Bailly se sabe que no fue así. La relación con el bando nacional era notoria y fue documentada en la prensa del momento. Así consta en la Hoja Oficial del Lunes, donde una fotografía acredita la relación de la familia con Calvo Sotelo y Primo de Rivera.
Al estallar la Guerra Civil se usó como cárcel para los presos republicanos; la casa dispone de calabozos en los sótanos. Más tarde fue usada como una Escuela de Mandos del Movimiento y desde 1951 en sus plantas superiores se asentó el Sindicato Vertical. En los años 80 comienza su abandono definitivo. Desde entonces, ningún proyecto salió adelante y los inmuebles cayeron en el olvido, sirviendo de cobijo a indigentes; también se usó como escenario de cine, José Luis Cuerda rodó aquí escenas de Todo es silencio.
Tiene dos cuerpos divididos en dos alturas de planta casi cuadrada, buhardilla y sótanos. Los suelos de la primera planta estaban cubiertos de lujosos mosaicos y los de la segunda eran de madera. La finca tenía 30.000 m2, pero las sucesivas ampliaciones de la Nacional VI le han ido comiendo terreno hasta dejar la casa aislada en un montículo, como si de un destierro deshonroso se tratase
En la actualidad es imposible acceder al interior, las plantas están destrozadas y el techo ha desaparecido, pero aún quedan parte de los azulejos y mosaicos que adornaban las estancias, y la estructura del jardín de invierno, la plataforma que servía de división entre las dos mansiones.