Este lago artificial fue creado por el impulsor de la Escuela de Hosteleria, Belarmino Fernández. Él queria que los vecinos de Rosende tuvieran un lugar de esparcimiento al que acudir en su tiempo libre. La obra no se llegó a culminar puesto que este falleció antes de ver su sueño terminado. Hoy en día es un lugar tranquilo donde anidan las cigüeñas, algo descuidado, con una ruta circular y algun que otro misterio en su ruta.
Se trata de una ruta circular que no entraña mayor dificulad. Fácil para hacer con niños o en bicicleta aunque a este cache no se llega con sillitas de bebé o sillas de ruedas.