El lugar del caché…
Está en las inmediaciones de la iglesia que tiene la advocación de La Virgen de la Calle, y también es conocida como “La Compañía”, ya que fue la iglesia de la antigua Comunidad de La Compañía de Jesús o Jesuitas.
El templo fue construido por la Compañía de Jesús entre 1584 y 1599, y originalmente estuvo dedicado a san Lorenzo. Tras la expulsión de la Orden de España en 1767, el edificio quedó convertido en parroquia-santuario al colocarse en su interior la imagen de la Virgen de la Calle. En las últimas décadas del siglo XIX se construyó como edificación anexa el Seminario Diocesano. Cuando en 1871 los jesuitas regresaron a Palencia, no tomaron posesión de su antigua iglesia, sino que, en virtud de un acuerdo con el Obispado de Palencia, pasaron a regentar la iglesia del exclaustrado convento de San Francisco. En la actualidad los Jesuitas están en proceso de reestructuración y abandonarán la ciudad de Palencia.
Desde 1982 es Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento Histórico-Artístico de interés nacional.
Se trata de un templo de traza típicamente jesuítica siguiendo el modelo de la iglesia de Jesús de Roma con planta de cruz latina y de una sola nave, teniendo a ambos lados una serie de capillas conectadas entre sí con unos altares de los s XVII y XVIII en los que destacan un Cristo Crucificado de la escuela de Balmaseda.
La fachada principal, de clásica sobriedad renacentista y aires escurialenses, se compone de tres cuerpos de anchura descendente.
El interior se configura con una sola nave de tres tramos, el primero destinado al coro y los otros dos abiertos a capillas laterales comunicadas, a la que cubre una bóveda de cañón con lunetos decorada con yeserías.
El retablo mayor es una obra barroca avanzada con influencia rococó, realizada por Pedro Bahamonde en el siglo XVIII, en madera sin dorar. En sus dos cuerpos, tres calles y el ático semicircular se disponen nueve imágenes de bulto redondo, entre ellas las de san Lorenzo -la advocación original del templo- y santos de la orden jesuita como san Ignacio de Loyola, el cual preside el ático, san Francisco Javier y san Estanislao Kotska. La más pequeña de estas imágenes, situada en el tabernáculo desde 1768, es también la más relevante: corresponde a la Virgen de la Calle, antaño venerada en una ermita junto a la iglesia de San Bernardo, una talla de 41 cm fechada en el siglo XV. Aparece sostenida por cuatro ángeles del siglo XVIII. La corona que hoy ostenta esta Virgen con fama de milagrera es una obra de orfebrería castellana contemporánea, salida del taller del burgalés Maese Calvo.
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