Durante siglos, y aún a día de hoy, la Santa Compaña se ha convertido en una de las leyendas más extendidas de Galicia. Avivando terrores de niños y mayores durante la noche, la también conocida como Procesión de Ánimas se debate entre el mito y la realidad: una tenebrosa procesión de difuntos, encabezada por un mortal que porta consigo una cruz y agua bendita.
Quienes afirman haber visto esta fila de encapuchados fantasmales dicen que se aparece en los cruces de caminos en busca de algo o alguien, y que siempre augura un desastre o maldición. Los perros, anuncian su visita aullando de forma desmedida, los gatos huyen despavoridos, y a su paso, cesan los ruidos de los animales en el bosque… Se hace un silencio sepulcral, interrumpido por el tintineo de una campanilla y los rezos de un fúnebre rosario. A su paso se percibe un característico olor a cera y desciende la temperatura del aire…
Se cuenta que si uno se encuentra de frente con el vivo que encabeza el desfile le pasará el relevo de la cruz y estará condenado a encabezar la procesión hasta que se encuentre con otro vivo. Eso sí, existen métodos para librarte de esta condena: puedes tirarte al suelo y hacer la forma de la cruz con tu propio cuerpo, dibujar un círculo alrededor de ti y quedarte dentro, o salir corriendo...
Tened mucho cuidado, sobre todo si es la noche de San Juan o la de Todos los Santos y os encontráis en un cruce de caminos. Y es que, queridos amigos, como dicen las almas en pena: “Andad de día que la noche es mía…”
EL CACHÉ
Os proponemos, como no podía ser de otro modo, un caché nocturno. En un corto paseo las señales lumínicas os guiarán hasta el escondite final, las podéis seguir a la luz de las velas aunque tal vez si usáis las nuevas tecnologías os sea más fácil. Tres chinchetas juntas os indicarán que ahí debéis buscar.
Un rotulador de tinta permanente hará que vuestra firma permanezca en el tiempo, en el contenedor dejamos uno. No os olvidéis de apagar la luz antes de marchar, velemos por el planeta ahorrando energía.