La mártir Santa Eulalia de Mérida es la patrona de la ciudad de Mérida, por la que hay una enorme devoción.
La niña Eulalia, hija del senador romano Liberio, nació en Emérita Agusta en el 292, y con 12 años protestó por el decreto de Diocleciano de prohibir el culto a Jesucristo. Un juez, ante la insistencia de la niña, mandó que primero la exhibieran desnuda, que golpearan con varillas de hierro hasta destrozarla y que después la quemaran.
Para proteger la desnudez de la niña, se hizo el milagro de que apareció un manto de niebla muy densa (las nieblas de la mártir). En el acceso al atrio de la Basílica de Santa Eulalia hay un edificio de reducidas dimensiones dedicado como oratorio, conocido popularmente como “El Hornito”, se entiende que porque allí la quemaron. Su pórtico está realizado con piezas de mármol extraídas a principios del siglo XVII de un lugar indeterminado de la ciudad, perteneciemte al Templo que la colonia Romana dedicó al Dios Marte (del siglo II). En los años 60, todavía había emeritenses que peregrinaban aquí de rodillas desde varios kilómetros a este sitio.
La Basílica merece mucho la pena ser visitada. Las capillas laterales al altar mayor y la puerta derecha de la fachada es de estilo románico, poco frecuente en Extremadura y en el que ya empiezan a notarse influencias del gótico. En el interior destaca el artesonado que cubre sus bóvedas y los capiteles y columnas, algunos de los cuales proceden de un templo visigodo.
El caché es fácil, pero es muy probable que esté muy concurrido. Por favor, usad la discrección