En Noviembre tiene lugar en Galicia el Magosto.
Siempre se celebra en la casa, al lado del fuego del hogar, en algún rincón del pueblo ,en el atrio de la iglesia o en la encrucijada de caminos al pie de un cruceiro, aunque su lugar originario era celebrarlo en el Monte.
En el Samaín, los celtas eran los encargados de encender el primer fuego, origen de todos los fuegos.
Con él se encendían, a su vez, todos los fuegos de la isla.
Las castañas se asaban sobre una gran hoguera, por lo general, visible desde varios puntos de la parroquia, desempeñando, a este respecto, la misma función que la hoguera de San Juan.
En Galicia, el fuego permanente del hogar se encendía con un tizón traído de la hoguera de la Vigília Pascual o del fuego encendido la noche de Navidad.
El día 1 de noviembre, los celtas apaciguaban los poderes del otro mundo y propiciaban la abundancia de las cosechas con la celebración de la fiesta Samaín, la cual era, para unos, el comienzo del invierno y, para otros, el final de verano; en todo caso era el principio de una nueva gestación y de un periodo de intensa comunicación entre los habitantes de éste y del otro mundo.
Se reunía una gran multitud porque era una fiesta obligatoria. Quien no asistía corría el peligro de perder la Razón.
Nosotros vamos a aportar nuestro granito de arena para que la tradición perdure y por eso, haciendo honor a nuestro lema, hemos elegido el Monte, aunque esta vez sin Toxos…
A todos los que os apetezca disfrutar de la naturaleza, y no quereis que se os pierda la Razón, os emplazamos en las coordenadas marcadas , donde celebraremos nuestra particular fiesta del Samaín.