El río Zadorra, el de mayor entidad del municipio de Vitoria-Gasteiz, discurre en paralelo a la ciudad constituyendo su límite natural por el norte y actuando como frontera entre el medio urbano y el campo.

Cruzando el río dejamos atrás el nuevo barrio residencial de Ibaiondo y nos adentramos en el característico paisaje rural de la Llanada Alavesa, un paisaje de campos de cultivo salpicado de pequeños pueblos, y en el que todavía queda algún pequeño bosque, como el robledal de Calzazarra.

El río Zadorra conserva hábitats de gran calidad y fragilidad que acogen especies animales amenazadas, como el visón europeo, en grave peligro de extinción. Su importancia ecológica ha supuesto la propuesta de su inclusión en la Red Europea de Espacios Naturales Protegidos (Red Natura 2000).

En algunos tramos, no obstante, el río presenta un estado degradado debido al desarrollo incontrolado de actividades poco respetuosas con el entorno. Próximamente esta situación mejorará gracias a la ejecución de un proyecto de acondicionamiento integral del Zadorra a su paso por Vitoria-Gasteiz.

El yacimiento arqueológico de Atxa es una pieza clave para acercarnos a la realidad de los precedentes de asentamientos en el entornos de la capital, durante la IIIª Edad de Hierro y Época Romana. Las investigaciones desarrolladas en el mismo, nos permiten ofrecer una detallada panorámica de la vida de los grupos humanos que ocuparon la colina de Atxa a lo largo de su historia. Las características estratégicas de este emplazamiento fueron la causa principal para su elección: por un lado es un lugar fácilmente defendible y con amplio control visual sobre la Llanada, por otro lado está cercano al cauce del agua y era rico en recursos.

Así, conocemos las vicisitudes de sus primeros habitantes, que entre los siglos IV-III antes de Cristo, establecieron un notable poblado indígena. Agropecuarias y bélicas fueron sus bases económicas y su cultura estuvo fuertemente influenciada por el mundo celtibérico. Además de evidencias de sus peculiares construcciones y sus ajuares, nos legaron también los restos de sus difuntos infantiles, sepultados en el interior de sus viviendas. Tras más de un siglo de vida continuada, el poblado fue abandonado y el lugar permaneció sin ocupar varios cientos de años.

Será tras el cambio de Era, hacia finales del siglo I después de Cristo, en época de la dinastía Flavia, cuando Atxa se habite de nuevo, por otras gentes completamente diferentes. Un pequeño destacamento militar romano edifica un campamento temporal, único en su género de los conocidos en el País Vasco. Sus funciones bien pudieron ser el reclutamiento de unidades indígenas para enviarlas a defender las fronteras del Imperio y la ejecución de programas de obras públicas.

Este enclave arqueológico fue excavado e investigado durante varias campañas promovidas por la Diputación Foral de Álava, el Ayuntamiento de Vitoria Gasteiz y el Gobierno Vasco, durante los años 1982 a 1988. Los directores de las excavaciones en la 1ª campaña fueron R. Loza y E. Gil. Éste último fue quién dirigió las restantes campañas. Dichos trabajos han quedado detalladamente documentados en las publicaciones y los fondos gestionados por el Museo Arqueológico de Álava.

Fuente: Centro de Estudios Ambientales (CEA)

Todos los cachés de esta serie se han colocado de manera meticulosa y a conciencia. Ésto unido a que todo el Anillo Verde está siempre muy transitado, implica que debéis ser meticulosos también en su recolocación cuando los encontréis y aseguraros de que quedan igual y en la misma posición inicial.

Tomad precauciones, actuar con disimulo y cuidar el entorno.

¡Feliz Geocaching!