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Descripción
Es una especie de gran tamaño, en
comparación con el resto de los ciprínidos, que puede alcanzar
hasta un metro de longitud, aunque la mayoría de los ejemplares
rondan los 40 centímetros. Su cuerpo es fusiforme y algo comprimido
lateralmente, de color más o menos uniforme que se aclara de lomo a
vientre, su coloración varía entre individuos, pudiendo ser de
tonos grisáceos, parduzcos y verdosos. Los individuos jóvenes
presentan motas oscuras.
Detalle de la cabeza con la boca abierta.
Su boca que está en posición ínfera es
protráctil y sin dientes, aunque tiene 9 dientes en la faringe. En
la mandíbula superior tiene las cuatro bárbulas cortas que le dan
su nombre común.
Sus aletas tienen la base relativamente
estrecha. Su aleta caudal tiene forma de uve. El último radio de la
aleta dorsal tiene denticulaciones, más profusas en los juveniles
que en los adultos. La aleta anal es más larga en las
hembras.
Está estrechamente emparentado con el
barbo comizo del que se diferencia por tener la cabeza más corta y
ancha, y las denticulaciones de la aleta dorsal más cortas pero con
sus espinas más apretadas. Ambas especies coinciden en el río Tajo
donde se reparten el hábitat ocupando el comizo las zonas de aguas
casi estancadas. Pueden hibridar naturalmente, lo que ha
dificultado los estudios filogenéticos basados en el ADN
mitocondrial.
Distribución y
hábitat
Es un endemismo de los ríos atlánticos de
la Península Ibérica, presente sólo en las cuencas de los ríos
Tajo, Duero, Vouga y Mondego, y sus respectivos afluentes. También
fue citado en el río Miño aunque parece haber desaparecido de su
cuenca.
Es una especie típica del tramo medio de
los ríos, donde las corrientes son lentas. Prefiere las zonas algo
profundas, donde ocupa el fondo.
Es una especie bentónica de costumbres
solitarias, excepto en el periodo juvenil que es gregario. Tiene
una alimentación omnívora, lo mismo depreda invertebrados
acuáticos, con preferencia por las larvas de insectos, que consume
algas y detritus del fondo.
Es una especie bastante longeva, que suele
vivir más de once años, con un máximo registrado de
catorce.
Reproducción
En la época de freza, en primavera, los
barbos remontan los ríos hacia zonas altas de corriente más rápida
y suelo pedregoso. A los machos les sale en la cabeza tubérculos
nupciales. Las hembras excavan con la aleta caudal un nido en la
graba para poner entre 10.000 y 25.000 huevos, de unos 2 mm de
diámetro.
Los machos alcanzan la madurez sexual a
los 3 años, cuando miden alrededor de 7 cm, mientras que las
hembras la alcanzan entre los 4 y los 6, cuando miden alrededor de
20 cm.
Estado de conservación y
amenazas
La especie aparece como no amenazada en el
libro rojo de vertebrados españoles. Es localmente abundante aunque
en estado de regresión. La principal amenaza es la introducción de
depredadores foráneos como el pez gato (Ameiurus melas), la perca
americana (Micropterus salmoides), el lucio (Esox lucius), el pez
sol (Lepomis gibbosus) o el siluro (Silurus glanis). También
amenazan a la especie la construcción de algunas infraestructuras
hidráulicas como presas y canalizaciones, además de la
contaminación de las aguas.
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